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Vivencia: Cabo de Gata

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Este es un breve relato de la experiencia de José y 8 inexpertos navegantes a bordo del YOGYA.

Peguns y yo barco escorado pto san jose Barco4 cuca y juanjo aguadulce1 image007 jaime_ miriam_bea_yoi

Ocho integrantes que ni siquiera llegábamos a dar la talla como “marineros de agua dulce” nos embarcamos en la aventura de convivir durante un fin de semana en un espacio limitado. ¿Acaso sería una nueva versión del “Gran Hermano acuático”?. En cualquier caso allí fuimos, cargados de ilusión, biodraminas y de las canciones del verano (?? me pica la medusa, medusa del amoooor ?? ) que tanto juego dieron antes, durante y después de la experiencia náutica.

PRIMER ASALTO: la compra.

En honor de la verdad debemos agradecer a Paco y Bea (“los pegun”) la magnífica labor en la compra. Calcular para tanta persona sin saber exactamente lo que debíamos o no comprar no era tarea fácil. Pero ¡¡¡¡MUY BIENN!!!!, salvaron el primer round con buena nota.

SEGUNDO ASALTO: llegada al puerto deportivo de Aguadulce.

Todos en tropel deseosos de saber cuál era nuestro barco. Y cuando llegamos, todo empezó a rodar. ¿Quién había visto alguna vez una cocina sujeta por un eje que se movía al son del oleaje?, ¿ó un inodoro con succión manual?. Todo era una ilusión que empezaba a materializarse. Aprovisionamiento de víveres y muy acertada visita al cocedero de marisco para la comida del día siguiente (está mal que la escritora lo diga, pero la idea fue mía y a tenor del resultado diría que bastante aplaudida, y es que nos conformamos con cualquier cosita…).

EMPIEZA LA ACCIÓN: 23.00 horas zulú del viernes 25 de julio del 2003

¿Damos nuestro primer paseito?. Así fue, corría una ligera brisa lo suficientemente importante como para desplegar velas. Nos adentramos en la nocturnidad de la bahía y sucedió algo inesperado. A medida que navegábamos no nos percatamos que una espesa bruma se estaba levantando. Música y ron-miel nos acompañaban mientras dejábamos que el oleaje que se levantaba nos mojara una y otra vez. 25 de julio y jersey de lana en el sur de España.

La temperatura en esas condiciones se tornaba distinta a la que puedes sentir en tierra. Y la bruma seguía aumentando hasta que rodeó por completo al velero. La vista sólo nos alcanzaba de popa a proa y a nuestro alrededor una espesa manta blanquecina que nos mantenía desconcertados, a la vez ilusionados y un poco contrariados ante esa situación climática. Nuestros rostros palidecieron en el momento en que Jose decidió bajar, coger un mapa y compás para averiguar dónde estábamos. No se veía la costa hacía ya mucho rato (no se veía ni a un palmo de distancia, la verdad), pero afortunadamente nos condujo sanos y salvos de vuelta al amarre de Aguadulce. Primera experiencia: sobresaliente, sentimos frío, humedad, entusiasmo, incertidumbre y esperanza de encontrar el camino de vuelta.

¿Y quién dijo que volvíamos al amarre para dormir? Nada más lejos de la realidad. Sábado 02:38 h zulú, Paco, Miriam y Augusto deseando salir de copas a los garitos del puerto. Todos los demás sin querer desembarcar. Nos quedamos charlando bastante rato y finalmente el cansancio pudo con nosotros, todos en posición horizontal intentando conciliar el sueño con el suave vaivén del mar.

TODO UN DÍA POR DELANTE: 09:00 h sábado 26 de julio

Me levanto con el número uno! (porque Cuca, no sólo me acuesto con el número uno, algunas veces también me levanto, que ya se lo que estás pensando…). Estoy nerviosa, no puedo dormir, hay que zarpar!!!!. Hace un día perfecto. Por fin se levanta Jose y le animo a ponernos en marcha. Empieza mi transformación personal: de bridget a grumete. Es momento de amortizar mi cursillo de vela del año pasado, y la verdad, lo amorticé (tengo testigos) y fui la pesadilla personal de Jose, nunca estuve tan activa.

Arrancamos motores para dirigirnos a los surtidores de combustible y agua antes de zarpar. Pero qué raro, hay un coche rojo en el muelle que me es familiar …mmmmmm.. Parece el coche de Miriam!!. A punto de soltar el amarre salió Jaime de dentro del coche, qué haría este buen hombre ahí dentro… todo empezaba a encajar. En la madrugada del viernes al sábado y entre sueños me pareció oír una conversación en inglés a eso de las 6 ó 7 de la mañana. Al parecer nuestro “tito” Jaime no podía dormir con el vaivén del barco y decidió ir a por el coche de Miriam y dormir dentro de él. No sin antes tener una interesante conversación con un encurtido lobo de mar guiri que, a problemas tales como el mareo, proponía la interesante solución de escuchar los Rolling Stones, mano de santo según él. Afortunadamente Jaime le persuadió para que no reprodujera la discografía al completo y con ello despertarnos a todos.

Por ello, se fue a dormir al muelle. Pero no importó en absoluto. De hecho ahora, tras la bonita experiencia, es uno de los que piensa sacarse el PER y llevarnos el año que viene a aguas baleares…

RUMBO A CABO DE GATA
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Tanques llenos, y en marcha. Camino de la punta más meridional de la geografía almeriense tuvimos una bonita visita. Una familia de delfines decidió acompañarnos durante un tiempo. Corriendo por cubierta, cámara de fotos en mano, decididos a inmortalizar el momento. Y qué momento!! Una pasada, la verdad. Tiendes a intentar llamar su atención utilizando las técnicas habituales de animales domésticos terrestres (tipo perro o gato). Chasquido de dedos, les llamas, les gritas, pero claro eso no funciona. No estamos preparados para que los mamíferos marinos acudan a nuestro reclamo. Eso sí, lo intentamos, pero después de regalarnos saltos a babor y estribor, siguieron su camino, no sin antes dejar en nosotros una animada actitud más si cabía.

Y ¿qué es el stress?. Y ¿dónde están los problemas?. Y sobre todo, ¿dónde está el teléfono? El mío desconectado, al fin. Se le olvida a uno todo y sólo piensa en la perfecta conjunción de tus amigos, el sol, el mar y por supuesto, el marisco y el ron-miel. Algunos como Juanjo sustituyen la conjunción del ron-miel por el vino tinto, válido en cualquier momento del día en tierra, mar y aire. Otros, como Augusto introducen un componente adicional para la perfecta conjunción de los elementos: todos lo sabemos, el periódico.

Hablando de amigos. Tenemos que recoger a Mamen y Mª Ángeles que vienen a pasar el día con nosotros. Y es que el YOGYA viene bien preparado. Tenemos una pequeña zodiac conque recogerlas a las dos en la orilla de un pueblito cercano al Cabo. A bordo ya y preparados todos para al fin doblar el cabo.

COMIENZA EL PARQUE NATURAL

Una vez que doblamos encontramos la primera cala “Cala Rajá” y a continuación la cala del “dedo de Dios”. Nuestra primera parada. Baño, snorkel, aletas y piragua. Aguas turquesas a temperatura ideal que rondaban los 23-24 grados centígrados. ¿Alguien da más?. Recorrimos el litoral hasta casi llegar a la playa de genoveses. Encontramos una buena racha de viento, con lo que, de nuevo, desplegar velas y sobre todo el spi. Había que aprovechar el través para que la vela portara lo máximo posible. Desde el camarote de proa sacamos el spi de un saco.

Se repliega arriba del todo para dejar que se hinche la vela. Cuando esto sucede y está correctamente izada, un despliegue de color inunda el velero. Tradicionalmente esta vela es de colores vivos y ofrece una estampa bien bonita. Sin motor, barco escorado, a merced del viento y simplemente el sonido del casco cortando las olas. Una maravilla.

COMER: MISIÓN CASI IMPOSIBLE

15.00 h zulú. Muertos de hambre después de que el día estaba siendo bien intenso. Había que aprovechar la racha de viento pero nuestro cuerpo nos pedía alimento. Era hora del marisqueo. Juanjo preparó unos tomatitos aliñados pero no hubo suerte, en un salto del velero todos al suelo. Y tenían muy buena pinta!!!!. Habrá que tomarse las gambas y los langostinos (qué mala suerte…). Arrasamos, nos pusimos morados, y tuvimos de nuevo otra visita: una gaviota persiguiendo las cabezas de tan estimados crustáceos.Arrojando las cáscaras por la borda, la gaviota iba recogiendo todos los desechos. Animados por el nuevo contacto con la fauna empleamos todo nuestro tiempo en dirigir nuestra mirada a popa en vez de a proa. De repente, debíamos cambiar nuestro rumbo!!! Íbamos directamente en dirección a un petrolero!!!. Nos preparamos y ayudamos a Jose en la virada. Nos ayudamos del wincher para recoger cabos, los cazamos, tiramos de las escotas del spi y comenzamos la ceñida rumbo al puerto de San José.

Nunca habíamos reparado en la estampa de un petrolero. Cuando sus bodegas van vacías, este tipo de barco alcanza unas medidas mastodónticas. Sin embargo, cuando va cargado, por efecto del empuje y de un tal Arquímedes que habla de ello en su teorema (que lejos dejé ya la hidráulica señor!!!!), visualmente el barco en toda su magnitud se divide por dos ya que la mitad queda sumergida bajo el agua.

En nuestro propósito estaba dormir amarrados en el puerto de San José. Sin embargo los puestos de amarre en este puerto son bastante limitados y no nos dieron cobijo. Debíamos por otra parte desembarcar a Mamen y Mª Ángeles que habían dejado el coche en el cabo. Con lo cual vuelta hacia el punto de recogida.

¿ES ESTO UN MAREO?

Una vez retornamos de nuevo a San José sin nuestras dos queridas amigas, pudimos atracar de manera “momentánea” en los surtidores del puerto de San José. Entrecomillo momentánea porque en ese “momento” nos dio tiempo a cenar tranquilamente en un restaurante de pescados y mariscos, tomarnos un helado y darnos un pequeño paseo por este pueblo que tanto nos gusta a los fans de Almería entre los que me incluyo por lazos afectivos-personales. Pero algo raro pasaba. Después de tantas horas en el barco no encontrábamos la vertical. Una sensación de no saber por dónde pisas, o incluso de pensar que la tierra firme es la prolongación del muelle. No puedo decir cuál era la sensación de los demás pero yo personalmente estaba deseando volver al barco y poder sentir la inestabilidad del vaivén de las olas para volver a sentirme estable.

Dormimos fondeados en la bahía. No sin antes discutir sobre la “igualdad” de sexos en el reparto de camas. Paco y Augusto insistieron en dormir en el camarote con lo que Bea y yo dormimos en el salón a regañadientes. Afortunadamente aprovecho la ocasión para vengarme y deciros que en el pecado tuvisteis la penitencia porque nosotras dormimos bastante mejor que vosotros. Pero, ¿qué sería del gran hermano acuático sin la “tensión en el ambiente”?. ?? ?? Que no nos falte de ná, que no, que no. ?? ??

DOMINGO: 27 de julio de 2003

10.00 h zulú (sí, ya se que estoy pesada con lo de zulú pero me encanta “Jack”, la serie).

Mar en calma y a desayunar!!! Hay que buenas están las tostadas que prepara mi “Mirim”. En este momento le rindo un homenaje a ella, Cuca y Bea por todo el trabajo de organización, limpieza y orden.

El mar hecho un plato y rumbo al “Playazo” de Rodalquilar. El camino hacia allí mereció muchísimo la pena. Para mí, la mejor parte. La isleta del moro, los Escullos, playas inaccesibles por tierra y de nuevo parajes alucinantes. Yo no quiero volver a Madrid. He estado hablando con Jose y está decidido. El año que viene me cojo todo el verano de excedencia, aumentamos la flota de “viento y mar” y me dedico a patronear barcos: quiero ser marinera y no lo hago mal del todo.

Fondeamos en el playazo y nos quedamos allí un rato. Había una especie de piscina artificial donde la gente se bañaba. Estaba muy chulo, fuimos con la piragua de nuevo. El día pasó más corto de lo previsto, el fin de semana tocaba a su fin y teníamos que volver al puerto de Aguadulce. De vuelta almorzamos bastante tarde (a eso de las 17.00 h) en la playa de Genoveses. Nada de menú náutico, viva el solomillo de ternera poco hecho!!.

EL REGRESO

donde esta curro piragua2 piragua1 Mirim bea y augusto Jose y yo jaime y paco1 Paco

Una vez comimos y descansamos, emprendimos la vuelta. Hacía fresco pero se estaba estupendamente. Aunque con el viento en contra, tuvimos rachas en que pudimos tomar ventaja de ello. Tuvimos momentos en que el barco se escoraba hacia estribor creo recordar. Algunos como yo, nos tumbamos en cubierta y casi parecía que estábamos de pie. En vez de tumbados hacíamos un ángulo de 30 grados con la horizontal. Momento reportaje fotográfico, ¿verdad Paco?. Pero nada, nada, comparado con nuestras últimas risas. Paquito con el atuendo de Curro (el que se fue al Caribe al que nunca encontraron) decidió hacernos recordar a los delfines. Gafas de bucear, tubo, aletas y un cabo que le unía al barco que tiraba de él mientras hacía el intento de bucear. Mano arriba significaba más despacio, aunque no entendíamos muy bien qué significaba bajada momentánea de bañador… realmente estás moreno a tenor del corte!!!!.

Y se hizo la noche, y llegamos a puerto. Atracamos al lado de un barco a motor que podía ser 8 veces el nuestro. Pero ¿qué importaba?. En menos espacio se disfruta doblemente entre amigos. Finalizamos nuestra aventura “Gran Hermano acuático” sin ninguna nominación.

Con todo mi cariño, dedicado a la tripulación del YOGYA el fin de semana del 25 al 27 de julio del 2003.

Marta Téllez

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